jueves, 9 de septiembre de 2010

Libertad. Al fin libertad.



Cuando el cielo te abre de pronto sus puertas y miras hacia el pasado, un terrible y escurridizo escalofrío recorre tu espina dorsal; la señal, es tu momento, eres tú y sólamente tú por fin. Corre. Vete. Huye. Vuela con las alas que siempre tuviste encadenadas a las ramas de un árbol viejo y tembloroso... nunca Nunca se te antojó tan lejano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario