jueves, 23 de septiembre de 2010

No solo lo que respira habla.


A veces, hay que escuchar lo que la mente no es capaz de oír. Hay que ver con los ojos de un ciego y sentir con las manos de un manco. Ser un inocente en un mundo de corruptos.

Esto es por los seres queridos que nos han dejado atrás, porque en un futuro, nosotros haremos lo mismo...  aunque su identidad desaparezca con él/ella, su entidad seguirá existiendo. 
Sin embargo, su identidad irá asociada al recuerdo perceptible de sus cercanos y de su constancia en un papel- pero aquí sólo es un código más dentro de la RAM de un ordenador, un número. Por el contrario, en el recuerdo de las personas, la identidad lleva asociado un significado léxico: evocamos a nuestra mente la imagen de la persona con sólo nombrarla, y en nuestro interior al calor, hay cariño, hay amor. Así es como se debe perpetuar la identidad de un fallecido, de un amigo.

 En cuanto a su entidad, no os preocupéis. No llegaríais a ninguna parte actuando así. Sólo perderíais tiempo y energías en una misión que no tiene apaño... eso ya no nos toca a nosotros, simples mortales.

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